¡Mamá es mía!

Algunos días Ana sufre una especie de transformación y soy suya. Si, ¡suya y de nadie más! Ni de sus hermanos ni, tan siquiera de su padre. La verdad es que me hace cierta gracia porque sus hermanos, chicos los dos, atravesaron por largos períodos de «papitis» aguda en donde necesitaban saber dónde estaba yo, pero, desde la distancia. Los celos es un tema difícil de tratar y trabajar con los niños. Incluso para los mayores es complicado. En ocasiones se presenta como un simple rechazo pero, a veces, lo hace en forma de fuerte emoción que provoca comportamientos que nunca hubiéramos imaginado.

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Existen infinidad de cuentos para trabajar los celos en el mercado literario, aunque no todos nos sirven de igual modo. El que yo leo a Ana es «¿Quién me ha robado mi trono?» de Gabriela Keselman que aborda la llegada de un hermano y la aparición del sentimiento de príncipe destronado. Cuando el niño comienza a entender que todos los que le rodean y adoraban deben dividir – aunque también se multiplica- el tiempo y la atención que le prestaban. El “Príncipe Único” pasa a ser el “Príncipe Primero”. Ya sabéis, la tendencia que tenemos a etiquetar y denominar todo.

 Aunque Ana no tiene hermanos pequeños sí que ha sentido en más de una ocasión celos de sus hermanos mayores – esos celos de los que nadie nos habla y que conocemos a base de experimentarlos en carne propia. Pueden presentarse en momentos puntuales o manifestarse durante períodos más largos. Tengo que reconocer que para mí los más difíciles de llevar son estos. Mi hijo mayor no experimentó celos cuando nació su hermano, todo lo contrario. El día que le conoció en el hospital su cara fue de inmensa felicidad. Era ¡su hermano pequeño! y aunque con el tiempo si hemos atravesado –  y lo seguimos haciendo-  otras emociones y sentimientos, siempre se protegieron y ayudaron. El tiempo ya me ha mostrado otras situaciones en donde los celos han hecho acto de presencia. Y, cuando ellos están convencidos de algo…¡qué difícil es hacerles ver que a veces no están en lo cierto!

Cuando leí este cuento, pequeño y manejable para nuestros niños, se me ocurrió que se podía hacer una actividad con ellos: jugar con nuestro «trono» e intercambiarlo con nuestros compañeros puede ser un cojín, una almohada o lo que nosotros pensemos que puede serlo. También podemos elegir que pasen un rato a solas con papá o mamá, ¡en exclusiva y sin interrupciones! Toca dejar fuera móviles y prestar atención con toda nuestra mente y nuestro cuerpo. Así comenzamos a compartir… ¡Compartir! otra cuestión francamente complicada. De ella trataré otro día.

4 respuestas a ¡Mamá es mía!

  1. José Carlos Aranda 16/04/2016 a 20:05 #

    Es un blog encantador. Te animo a que continúes compartiendo y dotándolo de contenidos.Respecto a lo de preparar la lectura para «contar» el cuento, es esencial. Algún día hablaremos de ello. Un abrazo.

    • Sonia 29/04/2016 a 14:08 #

      Muchas gracias José Carlos. En ocasiones lo que olvidamos es lo que importan las pequeñas cosas. Me encantaría hablar contigo de ello.
      Un abrazo

  2. CMS 09/07/2016 a 10:14 #

    Es increíble descubrir que hay un libro para todo. Un estupendo blog, útil e inteligente. Enhorabuena!!!!

    • Sonia 09/07/2016 a 11:32 #

      Y si no lo hay ¡siempre podremos escribirlo! Muchas gracias.

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