En ocasiones es complicado explicar a los niños, incluso a los mayores, que todos pasamos por diferentes estados de ánimo. No sólo a lo largo de diferentes días, en ocasiones, en el mismo día y en función del momento tenemos distintos “humores” más o menos positivos, preocupados, negativos… Si es difícil de entender para los mayores imaginaos para los niños. La idea de que la vida es como una montaña rusa es demasiado metafórica para ellos por lo que tendremos que buscar otras alternativas.

Editorial Juventud
Hace un par de años una de mis profesoras, Pilar López, me contó este cuento: “Mi madre es rara” de Rachna Gilmore. Es un cuento divertidísimo en donde una niña narra como hay días en los que su madre está “rara” y cómo se aprecia en su aspecto físico y en su tono de su voz pero, siempre, siempre al final vuelve a ser su mamá dulce y cariñosa. La sorpresa está en descubrir como a la madre de una de sus amigas le pasa lo mismo, aunque sus manifestaciones físicas sean diferentes.
A Ana este cuento le ha gustado especialmente, no sólo por lo que cuenta la historia, sino también, por las ilustraciones que lo acompañan y que explican muy bien el texto. Le ha gustado tanto que se lo ha aprendido y, a pesar de que todavía no sabe leer, lo cuenta fenomenal. Es un placer ver como va explicando la historia ella sola mientras pasa las páginas para poder ver los dibujos que le sirven de guía.
He podido a contar esta historia a diferentes grupos de personas, desde niños de dos años a adultos y creo que todos han disfrutado mucho con su lectura. Una de las niñas, del grupo de dos años, me pedía que se lo volviera a contar según lo había terminado.
Con lo que os he contado podéis sacar algunas ideas sobre diferentes actividades para niños que podeís realizar con él. Me gustan los cuentos versátiles que permiten abordarlos desde varios puntos de vista y trabajar distintos aspectos emocionales del niño.
El otro día Ana me dibujo así:
No he salido muy rara, ¿verdad?
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