La vergüenza y la timidez

Ya si que si: ¡comienza el cole! En los próximos días nuestros niños- y nosotros también la verdad- vamos a experimentar un carrusel de emociones y sensaciones. Algunas serán nuevas: cambiar de aula, conocer nuevos compañeros y compañeras o hacer nuevos amigos y, otras ya las habremos vivido con anterioridad. Vamos, ¡la vida misma! Como cada niño es un mundo su forma de experimentarlo y manifestarlo también será única. Algunos sentirán vergüenza ante su nuevo profesor o profesora y sus compañeros. La vergüenza tiene manifestaciones físicas muy evidentes: algunos se pondrán rojos -en toda la gama desde un ligero sonrojo hasta un colorado de lo más evidente. En el caso de la timidez puede ser que eviten mirar directamente a los ojos de los que les rodean. Y, otros manifestarán su timidez hablando muy bajito o, directamente, ¡sin hablar! Creo que casi todos en algún momento de nuestra vida nos hemos podido ver en alguna situación parecida, o ¿no? Personalmente cuando me enfrento a nuevas situaciones y estoy nerviosa hablo muy rápido, ¡Ana hace lo mismo! Bueno, lo hacen mis tres hijos. La diferencia es que yo tengo más “rodaje” y puedo buscar como llevar bien la situación -sin ir más lejos en la última charla que impartí cuando me quise dar cuenta estaba hablando ¡rapidísimo! lo que hice fue ¡reconocerlo!, alguna que otra risa arranque.

Editorial Cubilete

A ver, que me lío y me voy por las ramas y yo lo que quiero es hablaros del cuento “Mimí <<Tomatito>>”, escrito por Laure Monloubou y editado por Cubilete. Mimí es una niña muuuuyyyy tímida que se pone colorada con tan sólo con oír su nombre. Esto hace que sus compañeros la llamen “tomatito” a la menor ocasión. Cuando Mimí tiene que hablar delante de sus compañeros algo sucede -no os puedo contar todo, haría “spoiler”. Jugará un papel fundamental la profesora, tan importante en el día a día del aula, y Mimí conseguirá que cambie la forma en que sus compañeros la llaman recuperando su nombre. Profesoras de Ana me enseñaron este cuento que de vez en cuando releemos, como ahora que comienza el colegio en una nueva etapa donde conocerá nuevos compañeros, ¡gracias profes! Importante: a los niños hay que llamarles por su nombre, cuando encontramos que en el aula hay nombres repetidos añadir el apellido. El nombre es una parte fundamental de su identidad como persona. Hace ya tiempo en los colegios, sobre todo cuando otros hermanos nos habían precedido, los profesores nos llamaban por nuestro apellido y las comparaciones hacían un gran acto de presencia. Me gusta este cuento porque enseña a los niños que la vergüenza y la timidez no son malos -recordarlo- solo necesitamos afrontar las situaciones con más confianza en nosotros mismos. La forma de conseguirlo tan única como nuestros niños.

Yo, a veces, soy un poco <<tomatito>> y no me importa. No me importa porque sé que forma parte de mí, de lo que significan nuevas situaciones y retos, que estoy viva y las nuevas vivencias mueven algo dentro de mí. Es verdad que llego a esta conclusión tras años de experiencia vital de la que carecen nuestros niños. Por eso es importante aportarles seguridad, confianza, sitios donde puedan ser ellos mismos sin crítica, ¡me encanta que el error haya pasado a formar parte del aprendizaje como una oportunidad de mejorar, una evidencia de que estamos por buen camino!

Ahora quiero mucho más a mis errores, aunque a veces cueste un pelín.

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