¡Cuánto tiempo sin hablaros de un nuevo cuento!
Hoy os traigo un pequeño cuento … pero ¡maravilloso! Como pasa en tantas ocasiones lo mejor viene en recipientes pequeños. Este libro ha sido todo un descubrimiento, una declaración de intenciones en toda regla que Papá Noel tuvo a bien traer para mis tres hijos. Si, lo sé, ¡¡¡un cuento para dos adolescentes!!! Pues sí, un cuento para dos adolescentes, enseguida lo vais a entender.

B DE BLOCK
El cuento se titula como esta reseña “Deseo para ti”, lo ha escrito Amy Krouse y ha sido ilustrado por Tom Lichtenheld. Lo edita Ediciones B, dentro de su sello B de Block y apareció en las librerías hace algo menos de un año. Cuando tuve que escribir la carta con mis deseos para Papá Noel tenía que elegir entre varias opciones y debo confesar que me enamoro una frase de este cuento: “Deseo para ti más abrazos que enojos”. Venga, confesar, que esa frase os gusta. ¿Quién no quiere más abrazos que enojos? Y, fijaros bien en la frase, meditarla… No dice que no haya enojos, sino que sean más los abrazos. En el mundo de las emociones, en el que estamos inmersos continuamente, no podemos ni debemos evitar experimentar todas y cada una de las ellas, TODAS LAS EMOCIONES SON NECESARIAS, adaptativas, nos empujan a la acción. Los enojos, como cualquier otra emoción, nos empujan a la acción, cuando algo no nos gusta tenemos varias opciones: nos podemos quedar enganchados en el enfado o podemos movernos para modificar la situación que nos ha causado esa emoción. Pues, ¡a moverse! Lo importante es reconocer y gestionar el enfado y hacer algo, lamernos las heridas puede ser importante en muchas ocasiones, pero debemos evitar caer en el victimismo. Después de este pequeño inciso volvamos al cuento, sus páginas están llenas de buenos deseos, siempre con la misma estructura, más de lo “positivo” sin evitar lo “negativo”. Yo deseo eso para mis hijos, no que no experimenten las dificultades de la vida, que las van a tener en mayor o menos medida, sino que conozcan y valoren todo lo bueno que esta les va a ofrecer, que en su vida disfruten con los pequeños detalles que tanta importancia tienen y que posean los recursos necesarios para hacer frente a las adversidades. Por todas estas cosas pienso que este libro es toda una declaración de intenciones, intenciones resumidas en frases ¡tan redondas! Con tanta sabiduría como repletas de amor. Y, los dibujos las acompañan magníficamente. No son recargados ni sencillos tan solo perfectos para completar su significado.
Cuando leo este cuento me recarga, me centra en lo importante, en todo lo que quiero ofrecer a mis hijos -aquí poner el sujeto que prefiráis: alumnos, amigos, familia…- para dotarles de herramientas que les conviertan en adultos sanos, equilibrados y, en resumen, en buenas personas. A veces, me doy el gusto de observarles sin que se den cuenta cuando están con sus mayores y pienso -por lo que hacen y como se comportan- que mucho de lo que quería para ellos lo han conseguido. Y ha salido de ellos, nadie se lo ha pedido o explicado.
Ahora, solo me queda seguir trabajando con ellos para que su desarrollo alcance niveles más altos y sentirme muy, muy orgullosa de ellos.
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