Agujeros en el alma

Es una evidencia, creo que ninguno de nosotros lo podemos negar, que no estamos educando a los niños en general y a nuestros hijos en particular, para vivir con el “vacío”, una sensación de que algo no marcha bien del todo o el dolor sordo o agudo por la pérdida de un ser querido o de algo importante para nosotros. También deberíamos admitir – creo que bastantes de nosotros- que los “mayores» tampoco estamos preparados para sentirlo. Por ello, intentamos “llenarlo” de diferentes formas: experiencias nuevas, deportes de riesgo, comida en cantidades exageradas y, así, una larga lista en donde podríais elegir como lo hacéis cada uno de vosotros.

El “vacío” es una sensación rara, te sientes un poco extraño, incluso incómodo e intentas hacer todo lo posible por cambiar esa impresión de que algo no anda bien incluso sin saber qué es. Cada uno de nosotros experimentamos esa sensación a lo largo de la vida en diferentes ocasiones y por diferentes motivos. Mi “vacío” tengo claro cuál es, comenzó el día que mis mayores empezaron a irse y, de una u otra manera, he tenido que aprender a vivir con ello.

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Barbara Fiore Editora

Al hilo del “vacío” descubrí el maravilloso libro de Anna Llenas que lleva ese título “Vacío” – sí, sí, es esa, la autora de “El monstruo de colores” del que ya os hable y de “Te quiero (casi siempre)» del que prometo hablaros. A la protagonista del cuento, una niña feliz, le aparece un gran vacío – un gran agujero en el pecho cerca del corazón- al sufrir una pérdida inesperada. Aquí tengo que abrir un GRAN PARÉNTESIS, ¿quién de nosotros no ha sufrido una pérdida inesperada?, ha podido adoptar la forma de ausencia de un ser querido, de un familiar, la pérdida del trabajo o, incluso, de ¡un bolígrafo! CIERRO PARÉNTESIS. La protagonista del libro pasará por diferentes momentos y experiencias antes de admitir y querer a su “vacío”; conocer el que sienten otros será esencial para su proceso de aceptación. (¡Qué difícil es hablar de las historias que nos narran los cuentos sin contaros todo lo que en ellos sucede!)

Los “vacíos”, queramos o no, son parte de nuestra existencia, de nuestra personalidad y tenemos que aprender a convivir con ellos –no necesitamos que desaparezcan, pero en cada momento vital tendrán un tamaño mayor o menor, estarán más o menos presentes. Al igual que en el libro de Anna Llenas son parte de mí y no quiero que desaparezcan, tan solo que llevemos una existencia lo más pacífica posible. Cuando yo tenía la edad de Ana este tipo de cuentos no existían –ni siquiera se hablaba de estos temas con naturalidad- debemos pensar en nuestros hijos, alumnos o, como decía Serrat, en esos locos bajitos que debemos preparar para la vida, esa que tendrán que vivir ellos solos. Si somos capaces de dotarles de buenas herramientas emocionales y sociales les estaremos dando recursos con los que hacer frente a las diferentes situaciones que vivirán a lo largo de los años.

Y, nosotros les queremos, ¿verdad? Pues necesitan de todo esto además de una buena preparación académica.

Darle una vuelta a esta idea.

2 respuestas a Agujeros en el alma

  1. CMS 09/07/2016 a 10:02 #

    La muerte forma parte de la vida. Me lo repito cada día e intento vivir y enseñar a mi hija aún solo de dos años esta realidad. Y me sorprendo viendo la naturalidad con que ella, aún demasiado pequeña, y mis sobrinos, ya más mayores, aceptan la muerte.
    Quizás este libro nos haga más falta a nosotros. Lo leeré.

    • Sonia 09/07/2016 a 11:33 #

      La naturalidad, en estos casos y en casi todos, es la mejor manera de afrontar temas de este tipo. Los niños siempr nos enseñan más de lo que pensamos.

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