Cuentos, Inteligencia Emocional y formadores

A lo largo de la vida encuentras diferentes tipos de personas, algunas pasan sin pena ni gloria y otras te dejan una huella más o menos profunda que te va aportando vivencias y experiencias que terminas interiorizando sin apenas darte cuenta. Lo mismo sucede con los maestros, recordamos algunos de ellos con un inmenso cariño y de algunos ni siquiera recordamos el nombre. De los que tuve en el colegio guardo recuerdos maravillosos de un par de ellos, con una de ellas mantengo contacto habitual y con el otro sin tener tanto contacto me gusta mucho verle, saber que es de su vida una vez que se ha retirado de la docencia. Recientemente, una de las maestras que más me ha aportado ha sido Angélica -profesora de FP- que me ha enseñado mucho para ser una buena profesional y, además, me ha dado pistas para ser mejor persona. Hace unos días me ofreció la oportunidad de acudir al Centro Educativo GSD Las Rozas donde trabaja para impartir una charla a las alumnas de primero de Técnico Superior en Educación Infantil. Como me conoce tan bien, me pidió que las hablase sobre cómo trabajar la Inteligencia Emocional con ayuda de los cuentos. ¡Mi pasión!

Cuando empecé a estudiar Educación Infantil todos mis profesores definian el cuento como herramienta pedagógica imprescindible. ¡Guau! ¡Que tres palabras más potentes! Vamos a analizarlas. En primer lugar, dice herramienta que la RAE define como instrumento con el trabajan los artesanos como los maestros -somos artesanos de la educación porque nuestro trabajo se hace con material sensible, moldeable y vivo en cualquier edad. Después, dice pedagógica que se refiere a algo expuesto con claridad y que sirve para educar o enseñar, según el mismo diccionario. Y, por último, dice imprescindible -palabra muy, muy grande- que significa una cosa de la que no se puede prescindir, algo necesario u obligatorio.

Volviendo a la oportunidad que me ha brindado, fue un placer verme en el lado contrario de donde yo estaba hace no tanto tiempo. Fue un orgullo ver a futuros formadores interesados e implicados en su formación, en ver cómo pueden ampliar sus conocimientos para mejorar los procesos de aprendizaje de sus alumnos, acompañarlos en el proceso de desarrollo de su personalidad, en el aprendizaje de ser y estar. La Educación Infantil carece de la valoración que se merece, son años trascendentales no solo en la construcción de enseñanzas sino en la formación de la persona y su personalidad. Hablamos de cuentos, de experiencias, de actividades y de los centros de interés de los niños, de lo ¡importante que es un cuento! Y del poder de las palabras. También quise señalar la gran importancia de que se cuiden ellas -todas chicas-, física, social y emocionalmente. Nunca podremos enseñar aquello de lo que carecemos.

Pasamos un buen rato, me gusta ver cómo se preparan los futuros formadores y disfruto observando cómo van cambiando sus caras y los gestos que aparecen ante los diferentes cuentos que vemos mientras estoy con ellas.

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