Pasan los días como caen las hojas en otoño, ¡rápido, rápido! Ya ha pasado una semana desde que María González y el Colegio Arcadia me dieron la oportunidad de contar, a los alumnos que cursan Técnico Superior de Educación Infantil, algunas de las cosas que pueden hacer con un cuento o con varios. Fue una experiencia maravillosa, los chicos escucharon atentamente y, como siempre sucede, surgieron preguntas y dudas sobre aspectos no programados que hacen que me intente superar cada día y que se resuelven con naturalidad y creatividad.
Cuando diseñas una charla de este tipo estructuras los contenidos en función del tiempo que te conceden para hablar con ellos. En este caso yo contaba con dos horas que ¡se quedaron cortas! parece mentira. Cuando comencé estaba algo nerviosa porque siempre quiero contar taaaaantas cosas que temo dejarme algo en el tintero y según fui avanzando en los contenidos a contar todo fue fácil y fluyó poco a poco. Es verdad que algunos detalles se quedaron sin decir, nada muy significativo tampoco, pero lo importante, lo que de verdad quería transmitirles lo dije, lo conté. Aproveche y también les expliqué varios de los cuentos que llevaba – cada vez que doy una charla de este tipo soy una mujer agarrada a una maleta, el que dijo que el saber no ocupa lugar no ha visto las estanterías de mi casa. Si lo que quiero es comunicar una de las tantas
maneras en que se puede contar un cuento tendré que demostrarlo. No es la mejor, tan solo una de ellas y les gustó. Terminé la charla con un cuento que me gusta especialmente y del que ya os he hablado “Mi madre es rara”, fueron muy inteligentes porque a la pregunta de si querían que lo contará o lo leyera eligieron lo primero, fue el cierre de esta fantástica oportunidad. Espero que les sirva para sus futuras experiencias laborales o personales.
Al final ¿qué es lo importante? ¿Dónde ponemos el acento a la hora de elegir un cuento? En mi opinión, donde reside la importancia no solo está en el tema que vamos a tratar – da igual que sea una emoción, un contenido matemático o querer que desarrollen el lenguaje oral. La importancia reside en cómo lo tratemos nosotros, cómo hacemos nuestro el cuento, cómo lo reinterpretamos, cómo se lo transmitimos a los niños – nuestros o ajenos- y cómo tejemos hilos invisibles que nos conectan con ellos, esas personas que nos mueven a superarnos e intentar ser mejor personas, primero por nosotros y, después, por ellos, que se merecen nuestra mejor versión.
Al final no debemos olvidar la importancia de contar.
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